Los cambios y descubrimientos tecnológicos han revolucionado en múltiples ocasiones a la industria; la ciencia evoluciona constantemente y se explota en nuevas fuentes de negocios. La robótica, las fábricas automáticas, los medicamentos que curan nuevas enfermedades, la comunicación celular, el Internet, la computación, repercuten en las empresas y en sus decisiones.
Las fuerzas tecnológicas representan importantes oportunidades y amenazas que se deben tomar en cuenta al formular estrategias. Los avances tecnológicos pueden afectar enormemente los productos, servicios, mercados, proveedores, distribuidores, competidores, clientes, procesos de producción, prácticas de comercialización y posición competitiva de las organizaciones.
En la práctica, las decisiones relativas a la tecnología a menudo se delegan a las áreas de investigación y desarrollo, sin relacionar sus implicaciones en las estrategias del negocio.